martes, 29 de septiembre de 2009

Ayer me llamó la mamá de Violeta. Encima yo estaba medio loco. No entendía. Le pregunté si había pasado algo. Yo no tenía noticias de ella hace un par de días. Me dijo que ella bien. Violeta. Me dijo que su mamá, o sea la abuela, estaba internada. No está enferma pero está vieja y hace unos días le duele el pecho. Dicen que es neumonía. Yo escuchaba. Otra parte intentaba entender para qué el llamado. Llegué a decir que lo sentía y me preguntó qué pensaba que había que hacer. ¿Con qué? Si decirle a Violeta o no. Ahí entendí que todo lo que podía pasar a partir de ese llamado era para peor, a menos que la abuela se mejorara sin dejar secuelas. Creo que titubeé, que le dije que no sabía. Me preguntó si hablábamos. Parece que Violeta le contó que nos escribimos. Le dije que a veces, pero no tanto. La madre empezó a decir cosas como que me preguntaba, o que me consultaba (esa fue la palabra) “porque nadie conoce a Violeta como vos. Ella que es tan difícil…”. Que no sabe para cuánto tiene la abuela y que no sabe si decirle o no. No sé si había peor llamado para recibir. No entiendo si la tipa es desubicada o no, si está sacada porque su mamá está mal, no sé. Pero no paraba de hablar y yo no sabía bien qué decirle. Ella decía que encima Violeta no llama nunca y que no tiene dónde ubicarla, que sólo por mail, y que cómo va a contarle por mail. Todo me parecía como que quería llegar a algún lugar, a algún punto, pero no entendía dónde. Le dije que yo tampoco sabía cómo ubicarla, que cómo iba a saber, y aproveché para recordarle que nos habíamos separado hace dos tres meses. Entonces se puso a llorar (todo peor, peor a cada minuto). ¿Qué iba a hacer? Le pregunté si necesitaba algo. Me dijo que no, pero que si hablaba con Violeta. Y no terminaba la oración. Empezaba a decir cosas que no terminaba. No entendí si le tenía que decir o no pero la idea de decirle que su abuela estaba mal me parecía pésimo. Ella decía y desdecía. Al final me dijo que si hablaba o algo tratara de inducirla a que la llame. Lo dijo como si me diera una misión. Argumentó que ella estaría casi todo el día en el hospital y que no iba casi a encender la computadora. Le corté como pude. Ella lloraba un poco. Me sentí mal al final. No supe si la atendí bien o no, pero después me dio un poco de bronca porque yo qué tengo que ver, después me dio un poco de culpa que me dé bronca y creo que así pasé toda la tarde, sin poder editar, ni nada, porque iba y venía entre los programas a ver si Violeta se conectaba, queriendo que se conecte pero al mismo tiempo no. Se hizo la noche y yo me tenía que ir. Así que le mandé un mail, no sé por qué, si total no decía nada. Le preguntaba cómo estaba y dónde, y que tenía ganas de hablar con ella. Un boludo. Cuando me levanté tenía un mail diciendo que sigue en Berlín pero que mañana o pasado se va a París. La leí contenta, porque en Berlín la está pasando muy bien y París “es mi sueño”, pone.

Hace un ratito volvió a llamar la madre. Le dije que me había escrito un mail. Me preguntó si tenía dónde ubicarla y me dijo que si podía le pregunte. “Decile que querés hablar con ella, que la extrañás, algo, mi mamá está bastante mal, y viste cómo la quiere Violeta.” Ufffffff. Corté y obedecí. Le mandé un mail a Violeta diciéndole que tenía muchas ganas de hablar con ella, si no podíamos arreglar para hablar en algún momento.

1 comentario:

Nico dijo...

Raid a esa Flia, ya te lo dije amigo.