viernes, 4 de septiembre de 2009

Hoy se fue Violeta. Nos levantamos juntos. Me entré a bañar y a los dos minutos entró ella al baño, histérica, que había llegado la madre, que estaba entrando. La madre siempre tiene eso de tocar el timbre de calle y entrar, sin preguntar ni nada. Cerré la ducha y me vestí. Igual me la crucé, era inevitable, ya estaba adentro. Me preguntó si quería ir a Ezeiza con ellas. Le dije que tenía que trabajar.
Violeta me acompañó a la puerta. Lo de la madre sirvió para despedirnos rápido, sin tanta ceremonia. Por suerte no lloró. Nos dimos un beso, le dije cuidate y me vine a casa en el 92 escuchando Nevermind. Lo estoy escuchando hace días. Siempre hago lo mismo. Gasto los discos aunque sean viejos.
Tenía que editar el casamiento del sábado, pero estuve toda la mañana lavando los platos y esas cosas, limpiando un poco. Abrí el google earth y marqué Roma. De Roma volé a Buenos Aires y de Buenos Aires a Roma. Quise calcular la distancia pero no pude, no sé si el programa no lo hace o yo no sé cómo usarlo. No hice mucho más. Miré unos videos en youtube. Videos turísticos berretas y videos de viajes familiares. La Fontana de Trevi, el Coliseo.
Ya van a ser las dos de la mañana. Violeta debe estar llegando. Mañana trato de encarar.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

entró la madre? bajonnn loco, bajon.

Violeta dijo...

Hay una película que protagonizaba Robin Williams, con una temática bastant similar... esa de "borrar momentos" tema apasionante resultó.

Violeta dijo...

PD: ¡Resulta ser que comienza su diario el día de mi onomástico, y le escribe a una tocaya (al menos de nick! ¡Un flash!

Julián G dijo...

bueno violeta, bienvenida. espero, la verdad, que no sea como la de este blog.